QUERIDAS HERMANAS…
Con alegría quisiera compartir con ustedes un poco de lo que fue mi experiencia en Paraguay en estos dos meses.
Lo primero que quisiera decirles es que para mí fue una vivencia muy linda y fructífera; desde mi legada tanto las hermanas como la gente me han recibido con mucho afecto (algo que fue constante a lo largo de los dos meses).
Después del viaje de la hna. Clotilde; los días martes junto a la hna. Clara nos dividíamos y salíamos a llevar la comunión a los enfermos; era algo muy lindo ya uno comparte la vida a la luz de la Palabra de Dios (por su puesto hubo quienes también querían enseñarme algunas palabras en guaraní pero lo único que aprendí a escribir fue agua “y”).
Si hay algo que pude experimentar en O Leary es la calidez, la acogida, la sencillez y el cariño que tiene la gente por las hermanas. Además, y sobre todo, lo providente que es nuestro Señor con nuestra comunidad. Son muchas las personas, las familias que comparten lo que tienen con nosotras.
Lunes, miércoles y viernes mí cita generalmente era con los niños de jardín (junto a la profesora Marcela), fueron momentos muy lindos, muchas veces era alguien más del grupo: jugaba, cantaba, pintaba, etc… (Hasta los versitos que me los sé de memoria).
La pastoral vocacional también fue parte de mi experiencia. Hemos realizado encuentros vocacionales de chicos y de chicas. Junto a la hna. Clara y un sacerdote de Ocampos visitamos tres colegios para hablar sobre la vocación; a mí me tocaba el camino de mi historia vocacional.
Fueron estas y otras cosas las que hicieron de mi estadía en Paraguay una muy Bendecida experiencia, por lo que doy Gracias a DIOS…
CON CARIÑO FRATERNAL
MARINA
