Nuestros santos protectores

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martes, 5 de mayo de 2015

¿Qué quiere decir celebrar un “capítulo”?/ Was bedeutet es, ein „Kapitel“ zu begehen?

A partir del siglo VIII, los monjes benedictinos se reunían, después de la hora Prima, para escuchar la lectura de un “capítulo” (capitulum) de la Regla de los monjes de San Benito. Poco a poco, la misma reunión de la comunidad monástica fue designada “el capítulo” (del monasterio), y el lugar donde se reunían “la sala capitular”.
En los monasterios había dos tipos de capítulo. Uno de ellos servía para la consulta: el abad o abadesa pedía el consejo de la comunidad concerniente a un tema. El otro tipo de capítulo servía para la formación: el abad o abadesa hacía un comentario sobre el significado del pasaje de la Regla que se acababa de leer.
El “Capítulo general” fue establecido por los monjes Cistercienses en 1195. Todos los abades cistercienses se reunían una vez al año en la abadía de Citeaux, Francia.

En 1215 el Concilio de Letrán IV (en el canon 18) estableció que todas la Órdenes religiosas celebraran “capítulos” de forma periódica (anual, trienal, sexenal, etc.) siguiendo el ejemplo de los Cistercienses, como un medio para promover la reforma de la vida religiosa.
En tiempos de S. Francisco, la palabra “capitulum” ya había adquirido un significado y gozaba de una larga y variada tradición. En la Orden de los Menores, desde 1209 hasta 1217, aproximadamente, se celebraba “Capítulo general” dos veces al año: uno en la fiesta de Pentecostés (mayo-junio); y el otro en la fiesta de San Miguel (29 de septiembre). En un período sucesivo (1218-1223), los Ministros de Italia y en las regiones vecinas celebraban cada año un capítulo en Pentecostés, y también se celebraban capítulos provinciales cada año en la fiesta de San Miguel. Cada tres años, los Ministros de las Provincias “Trasalpinas” asistían al “Capítulo general” en la Porciúncula.

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Seit dem 8. Jahrhundert versammelten sich die Benediktinermönche, um am frühen Morgen, nach dem Gebet der Prim, gemeinsam über ein „Kapitel“ (capitulum) aus der Regel des hl. Benedikt zu meditieren. Allmählich wurde diese Versammlung der Klostergemeinschaft als „Kapitel“ (des Klosters) und der Ort, wo man sich zu versammelte, als „Kapitelsaal“ bezeichnet.
In den Klöstern gab es zwei Arten von Kapitel. Zum einen wurde ein Konventkapitel zur Beratung genutzt: Der Abt oder die Äbtissin holten sich den Rat der Gemeinschaft hinsichtlich eines bestimmten Themas ein. Zum anderen diente ein Konventkapitel der Weiterbildung: Der Abt oder die Äbtissin kommentierten einen vorgelesenen Abschnitt aus der Regel.
1195 führten die Zisterziensermönche zum ersten Mal ein „Generalkapitel“ ein. In der Folge versammelten sich alle Zisterzienseräbte einmal im Jahr in der Abtei von Cîteaux (Frankreich). Im Jahr 1215 legte das IV. Laterankonzil (im Kanon 18) fest, dass alle Ordensgemeinschaften nach dem Vorbild der Zisterzienser in regelmäßigen Abständen (jährlich, alle drei Jahre, usw.) ein „Kapitel“ begehen sollten. Dies sollte ein Mittel zur Förderung der Reform des Ordenslebens sein.
So hatte der Terminus „capitulum“ zur Zeit des heiligen Franziskus bereits eine bestimmte Bedeutung erhalten und konnte auf eine lange und abwechslungsreiche Tradition zurückblicken.